¡Recuerda el nombre del Señor nuestro Dios!

"Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos." Salmos 20:7.  

Cuando el rey David escribió Salmos 20, él lo escribió para ser cantado como una declaración de la fidelidad y poder salvador de Dios en cualquier momento, pero especialmente en tiempos de guerra. ¡Este Salmo y versículo son muy apropiados para este tiempo en la historia porque estamos en una batalla espiritual de los tiempos! 

En Salmos 20:7, el rey David instruye a las personas a nunca confiar en las carrozas y caballos con los que iban a batalla, sino a recordar el nombre del Señor nuestro Dios. Recordar implica que debemos confiar en Dios y en Su capacidad divina para salvar y vencer a cualquier enemigo. Dios lo había hecho muchas veces antes cuando no tenían un gran ejército. Sin embargo, Dios les dio victoria tras victoria. Recuerda a la nación judía cuando salieron de Egipto y fueron perseguidos por Faraón y su ejército. Estaban a una distancia razonable cuando se pararon frente al Mar Rojo.  

Luego, a lo lejos, oyeron el estruendo de los cascos de los caballos y las ruedas de los carros. Imagina el miedo que se apoderó de sus corazones al preguntarse qué pasaría a continuación. Decidieron recordar el nombre del Señor y oraron. Éxodo 14:10 lo afirma. "Y al acercarse Faraón, los hijos de Israel alzaron los ojos, y he aquí los egipcios marchaban tras ellos; entonces los hijos de Israel tuvieron mucho miedo y clamaron al Señor." Aquí está el relato de eso en Éxodo 14:13-16.  

“Pero Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que el Señor hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados. Entonces dijo el Señor a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Y tú, levanta tu vara y extiende tu mano sobre el mar y divídelo; y los hijos de Israel pasarán por en medio del mar, sobre tierra seca. Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que entren a perseguirlos; y me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería. Entonces sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando sea glorificado en Faraón, en sus carros y en su caballería."  

Ellos recordaron y llamaron al nombre del Señor, y ¿qué sucedió? ¡Dios los liberó milagrosamente! Nosotros servimos al mismo Dios, y ahora todo discípulo de Jesucristo tiene acceso a Él a través del trono de gracia de Jesús. Necesitamos hacer lo que ellos hicieron cuando oímos el estruendo de los caballos y carros espirituales que nos persiguen. ¡Recuerda e invoca el nombre del Señor y confía en que Él luchará por nosotros! 

Desafortunadamente, muchos cristianos hoy confían en cosas que nos hacen cómodos sólo en esta vida. Seamos ricos o pobres, algunas veces nos distraemos y miramos más a las pequeñas comodidades de la vida para descansar y tener confianza en lugar de hacerlo en Dios. Esas cosas representan los caballos y carros de los que David escribió en Salmos 20.  

Debemos recordar, estamos es una guerra espiritual constante con un enemigo que nunca se rinde. La única manera de ganar conquistas espirituales en esta guerra espiritual es confiar en el Señor nuestro Dios. Apocalipsis 12:11 dice, "Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte."  

Después de vivir los últimos dos años, todos sabemos que el mundo alrededor nuestro puede cambiar rápidamente y sin advertencia. Si confiamos en cualquier cosa que no sea Dios nuestro Padre, el Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo, seremos sacudidos, revueltos y saqueados espiritualmente. ¿Te ha sucedido eso a ti o a alguien que conoces? Si es así, Dios nos llama a ponernos en el camino correcto, ¡Su camino!  

Así que tomemos un poco de tiempo ahora y re-enfoquémonos nuestra confianza en Dios. ¡Quitemos nuestros ojos de las calamidades en el mundo alrededor nuestro y alabemos a Dios por quien es Él, lo que ha hecho, y lo que hará! Alabemos a Dios por nuestra salvación a través de Jesucristo y las otras promesas celestiales prometidas a las que podemos acceder en Su trono de gracia. 

Tomemos un tiempo para agradecerle a Dios y proclamarlo; ¡Tú eres mi fortaleza, mi esperanza y mi paz! Proclama que Jesucristo es Señor como el hijo de Dios que eres. ¡Proclámalo en fe y confía en Él y sólo en Él! Luego, como Moisés oró en el Mar Rojo y recibió dirección de Dios, ora al Padre en el nombre de Jesús. Pregúntale, qué debo hacer para marchar como soldado en tu ejército espiritual? Proclama Romanos 8:37 mientras desafías cualquier temor en tu vida. Dilo en voz alta: “Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” Luego, pídele a Dios que te use para rescatar a las almas que perecen y proclama libertad a los cautivos como Jesús lo hizo. ¡Amén! 

Culminemos con el versículo que comenzamos este devocional y digámoslo como una declaración espiritual. "Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos." Salmos 20:7.

Brian Mark Weller

 

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